PARA QUE NO TE VAYAS

Para que no te vayas,

te encierro entre palabras.

Para que no te vayas,

el hambre de mis manos no alcanza,

ni sirven ventanas clausuradas,

ni puertas, ni candados,

ni caminos redondos

que te traigan de nuevo a mi lado.

Para que no te vayas,

el nudo de un beso no basta,

no basta mi andar peregrino

por la piel de tu alma,

no basta una gota de nube

en tu país de arena y de llamas,

donde la sed es un ángel desnudo

mendigo del agua.


Un ángel que tiene tu misma piel de fósforo,

tu piel de amor instantáneo

que sobrevive al instante y al soplo.



Para que no te vayas,

abro entonces de par en par las puertas,

rompo la boca absurda del candado

y te dejo en las manos del viento.



Para que no te vayas,

me voy, vagabundo de cielos de verano.

O te encierro entre palabras

y te doy la llave de todos los caminos...

Para que no te vayas.


Roberto Vicario